¿Alguna vez habías escuchado hablar de la aromacología? Se suele confundir con la aromaterapia, sin embargo, a pesar de estar íntimamente relacionadas y de sonar de forma parecida, son cosas distintas. La aromaterapia es una medicina complementaria ampliamente practicada, que utiliza aceites esenciales de plantas aromáticas, flores, hojas, etc. Por otro lado, la aromacología es una disciplina, cuyo origen se remonta a principios del siglo XIX, que estudia el impacto psicológico que producen los olores; como estos afectan a las emociones, a la conducta y a la mente, de ahí que también sea conocido como ‘la psicología de los aromas’. Hoy en COOLthelifestyle te contamos en qué consiste la aromacología y cómo aplicarla a tu rutina de bienestar.
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La psicología de los aromas
El sentido del olfato está estrechamente conectado con el cerebro, en concreto con la parte que procesa las emociones. Cuando olemos algo, este aroma percibido se convierte en una información que atraviesa el sistema límbico y el hipotálamo, áreas del cerebro responsables de las emociones, los sentimientos, los impulsos y también de la creación de los recuerdos.
De ahí que un aroma concreto nos lleve a un recuerdo particular. En resumen, la aromacología es la ciencia que vincula los efectos de una fragancia, sobre las emociones y los sentimientos, a través del estímulo del olfato.
Mientras que hay alimentos que nos estimulan; como el chocolate, la naranja o la vainilla, otros nos brindan tranquilidad, como la madera o las flores.
Esta reacción instintiva se debe a lo que se conoce como ‘cerebro primitivo’, ya que en la prehistoria cuando el hombre encontraba alimento sentía alegría, y cuando encontraba refugio o un lugar donde descansar, experimentaba paz y tranquilidad. La aromacología estudia esto y mucho más.
En un ambiente de trabajo, aquellos olores cítricos o verdes son aromas perfectos para mantener despierto a nuestro cerebro y para ser más creativos. En cambio, para un dormitorio deberíamos elegir fragancias que nos transmitan paz, como el sándalo, las rosas, la lavanda, olores amaderados…
Como podemos ver, los aromas son un medio sencillo y accesible para lograr bienestar y balance emocional en nuestro día a día. Rodearnos de aromas correctos pueden ayudarnos a mejorar la calidad del sueño, a mantenernos más alegres, a relajarnos en momentos correctos, a reducir el estrés…
Conocer la aromacología es ideal para crear distintos ambientes y para potenciar las actividades que llevamos a cabo en distintos espacios.
Qué aromas utilizar para potenciar estados anímicos
La aromacología puede ser aplicada, incorporando las esencias a la vida diaria, bajo la forma de productos aromáticos y cosméticos.
- Aromas vigorizantes: el jazmín, la rosa o la violeta
- Aromas que despiertan y mejoran el estado de ánimo: cítricos y frescos como la mandarina, el pomelo o el limón.
- Aromas calmantes: el sándalo o el cedro.
- Aromas que afectan a la sensualidad: el lirio o el jazmín.
- Aromas para la concentración: el romero es un gran aliado.
- Aromas estimulantes: aquellos que remitan a alimentos, entre ellos la naranja, el chocolate o la vainilla.